La novia eterna

Toda mujer sueña con el día de su boda y mil fantasías pero que pasa cuando algo sale mal, de eso trata mi historia de eso y la tristeza que eso produce. Clara era de esas jovencitas que solo fantaseaban con el día de su boda y al lado de su novio se sentía feliz y protegida. Pero el día en que él le pidió que se casaran ella se sintió la mujer mas feliz del mundo, todo se preparó para la boda, hubo todos los preparativos para que la esperada ceremonia fuese la más hermosa e inolvidable del pueblo y valla que lo sería. Clara pertenecía a una familia adinerada ya que su padre era un empresario en el sector del textil, concretamente era experto en telas finas y de alta calidad. Su madre era la dueña del único almacén de maniquís del pueblo donde vendía las telas y prendas de vestir que le abastecía su querido esposo, allí tenía desde un calcetín hasta vestidos de novia.


Clara escogió el vestido mas hermoso del almacén y todo estaba preparado para el gran acontecimiento del que ella fantaseaba y esperaba desde hacía mucho tiempo. Todo el pueblo fue invitado y Clara estaba tan nerviosa, llegó puntual al altar, pero se dio cuenta que su futuro esposo no había llegado. Pasaban los minutos y no había señas de él, hasta que una mujer apareció en la puerta de la iglesia y le dijo que su novio había huido con su hermana la noche anterior, Clara al oír esto comenzó a llorar su pena, desde ese día sólo lloraba, ni siquiera se había quitado el vestido de novia, su madre le decía que se quitase ese vestido y que viviera su vida, que era hora de superarlo, pero ella siempre le contestaba:

-No mama, yo quiero ser una novia eterna.

Para ella su vida ya no tenia sentido. Su madre al darse cuenta que ella deseaba quedarse así por siempre tomó una dura decisión .LA CONVERTIRIA EN UNA NOVIA ETERNA ya que al ver que ella comenzaba a morir de tristeza pensó en convertirla en maniquí para que así luciera su hermoso vestido por siempre y con el permiso de su madre los doctores comenzaron con su trabajo único en ese tiempo, cuando el trabajo estuvo terminado la colocó en su almacén.

Dice la gente que por las noches ella sale de su aparador y recorre el almacén buscando venganza y cada persona se la encuentra después de la hora de cerrar no aparece al día siguiente, sólo aparece un maniquí más al lado de la novia.


El alerquìn de porcelana

Se acercaba el cumpleaños de mi madre y aun no le había comprado nada, decidí irme al centro para ver si encontraba algo. después de 3 largas horas no encontré nada que me gustara, pero en una esquina una tienda me llamó la atención, parecía un bazar antiguo, tenia un aspecto sucio, siniestro, macabro diría yo, decidí entrar, en el mostrador había un hombre un poco feo, chepado y con un ojo de cristal, despedía un olor sucio, hubo una cosa que me llamó mucho la atención, era un arlequín de porcelana sin expresión y con un atuendo un poco cutre y oscuro.

Le dije al vendedor que me lo llevaba, me comentó que sobre el pesa una maldición: que todos los que se lo han llevado han sufrido una desgracia mortal, según cuenta la leyenda existió un asesino llamado clopi, su atuendo era un disfraz de arlequín y sus victimas eran niños a los que mutilaba de todas las extremidades, utilizando sus torsos como figuras decorativas. un buen día el asesino hizo un conjuro y repartió su alma por todos los arlequines de porcelana y concretó que todo aquel que se llevara uno sufriría una desgracia.

No hice caso al vendedor y me lo llevé, cogí el coche, al arlequín lo puse en los asientos traseros, iba por carretera, había un paso a nivel, pero se podía pasar, aceleré a tope pero una extraña fuerza me bloqueó el coche dejándome en mitad de la vía, no podía salir. me fui a girar a ver si venía el tren y ahí lo tenía, se estampó con tal violencia que me mató en el acto, mi madre acudió al suceso, dijo si se había podido salvar algo, el policía le dijo que si: un arlequín de porcelana, el cual llevaba una nota: felicidades mamá.



Amigas para siempre


Año 1982. Alicia y Sara eran dos chicas, ambas de 15 años, e íntimas amigas
desde la más tierna infancia. Vivían en el mismo barrio, estudiaban en el mismo
instituto, iban a la misma clase... en fin, eran inseparables. Sin embargo, tenían
caracteres muy diferentes. Alicia era alegre y extrovertida, mientras que Sara era
muy tímida y callada.
Cierto día, Sara le propuso a Alicia:
- ¿Por qué no hacemos un juramento de sangre?
- ¿Qué?
- Mira, por si algún día perdemos el contacto, juramos que la que muera antes de
nosotras dos, irá a avisar a la otra.
- Qué tontería, Sara, nosotras siempre estaremos juntas.
Ante la insistencia de Sara, y entre asombrada y divertida, Alicia al final aceptó
la propuesta. Ambas se practicaron un corte con una navaja en el dedo índice de la
mano derecha, y sellaron el pacto a la luz de unas velas.
Pasaron los años. Alicia había terminado sus estudios de derecho, tenía un buen
trabajo, una casa preciosa y un marido y un hijo maravillosos. Hacía mucho que no
veía a Sara, la amiga de su juventud, aunque a veces se acordaba de ella cuando se
veía la cicatriz de su dedo índice. Al final, la vida les había llevado por caminos
distintos y no habían vuelto a verse desde que acabaron el instituto.
Una noche, Alicia tuvo una horrible pesadilla: iba conduciendo, cuando de repente un
camión invadía su carril y chocaba con su coche.
Se despertó empapada en sudor, y justo en ese momento, oyó llamar al timbre de la
casa. Eran las 3 de la madrugada. Miró a su marido, que dormía profundamente a su
lado, en ese momento, el timbre volvió a sonar con insistencia. Maldiciendo por lo
bajo y preguntándose quién podría ser a esas horas, Alicia se levantó y fue a abrir
la puerta.
Cuando abrió la puerta y vio a la mujer que estaba en el porche, abrió la boca,
totalmente anonadada. Aunque había cambiado bastante, la reconoció enseguida.
Allí, terriblemente pálida, ojerosa y con una enorme herida sangrante en la cabeza,
estaba su antigua amiga Sara.
- ¡Por Dios, Sara! ¿Qué ta ha ocurrido? Entra, te curaré esa herida.
- ¡Cuánto tiempo
sin vernos!
Sara no se movió de donde estaba.
- He venido a cumplir mi promesa, Alicia. He muerto y vengo a decírtelo.
Alicia se quedó sin habla.
- Ya que la vida nos ha separado, estaremos juntas en la muerte. Te estaré
esperando...- dijo Sara levantando el dedo índice. Acto seguido, desapareció.
Alicia empezó a notar un dolor persistente en su propio dedo índice, al mirárselo
descubrió que lo tenía empapado en sangre, como si se le hubiera vuelto a abrir el
corte que se hiciera años atrás... Lanzó un alarido estremecedor y cayó desvanecida
al suelo.
Al día siguiente, despertó en su cama y pensó que todo había sido un mal sueño.
Encendió el televisor para desayunar, y lo que vio la dejó helada: la noche
anterior, a las 3 de la madrugada, había habido un accidente de tráfico: un camión
había chocado con un coche, y la conductora del mismo había fallecido en el acto.
A partir de aquél día, su vida se convirtió en un auténtico infierno. No comía, se
olvidaba de recoger a su hijo en el colegio, no rendía en el trabajo... Y todas las
noches tenía el mismo sueño, en el cual oía llamar a la puerta, y al abrir veía a
Sara levantando el dedo índice y diciendo "te estaré esperando", tras lo cual
siempre se despertaba con un dolor insoportable en su dedo lleno de sangre.
Su marido no entendía lo que le estaba pasando, los médicos no encontraban ninguna
explicación, y finalmente internaron a Alicia en un psiquiátrico.
Allí no hizo sino empeorar, ahora en sus pesadillas veía a Sara junto a su cama.
Una noche, un celador del psiquiátrico oyó un espantoso ruido de cristales rotos
que provenía de la habitación de Alicia.
Al entrar en la habitación vio que la ventana estaba rota, se asomó y vio a Alicia
tirada sobre la acera en medio de un charco de sangre. Tenía una gran herida en la
cabeza y a su lado, en el pavimento, alguien había escrito con su sangre: "AMIGAS
PARA SIEMPRE".

Llamada perdida

Ocurrió días antes de semana santa en Valencia. Después de estar toda la tarde estudiando en la biblioteca de su universidad una chica se da cuenta al salir que tenía 5 llamadas perdidas de su novio. En un primer momento ya le resultó extraño, pues habían quedado para cenar aquella noche como solían hacer cada martes.

Mientras se dirigía a su coche marcó el número de teléfono, “otra vez va a llegar tarde, a ver qué le ha pasado hoy….”, pensó. Pero después de 5 tonos…. El buzón: “soy víctor, en estos momentos no te puedo atender, si quieres puedes dejar tu mensaje” Ella decidió colgar, ya lo llamaría al llegar a casa.

Estaba oscuro, pero no le costó encontrar su coche, a aquellas horas el parking de la Universidad estaba prácticamente vacío. Se sentó al volante, y cuando apenas había arrancado el motor, volvió a sonar el móvil.

(Aunque le costó encontrarlo entre todas las cosas que llevaba en el bolso consiguió descolgar, ella ya esta un poquito atacada!!)
Era su novio, “¿dónde estás? …… “¿Estás bien?”……. Víctor, no te oigo” Al otro lado… sólo había silencio.

Después de esperar unos segundos, decidió colgar, y llamarlo ella. Una vez más 5 tonos……………..el tiempo esta vez parecía pasar más despacio “No sé que te pasa, ¿por qué no coges el teléfono? …… En fin, nos vemos donde siempre, pero primero tengo que pasar por mi casa. Un beso”.

Al colgar el teléfono lo dejó donde lo podía ver. No podía fijarse en la carretera, solamente mirar hacia el móvil…..pero el móvil no sonaba… cada vez más inquieta no pudo evitar no asustarse cuando sonó de nuevo. Paró el coche bruscamente en el arcén y contestó (muy nerviosa) “Víctor??, Víctor???....¿qué pasa? Contéstame de una vez, ya está bien!, no me hace ninguna gracia!!!” La comunicación se cortó de repente.

Sin darse cuenta empezó a pisar fuertemente el acelerador, el coche iba cada vez más rápido y de repente los vio de pie en la puerta de su casa: eran sus padres. “Victor ha muerto. Se mató esta mañana con el coche”